Alberto isla guerrero

Isla Gorgona (COLOMBIA) – Intercambio Rotario 2014/15

La mielopatía cervical degenerativa es una enfermedad degenerativa variable y progresiva causada por la compresión crónica de la médula espinal. Los abordajes quirúrgicos de la columna cervical pueden realizarse por vía anterior y/o posterior. En cuanto al abordaje posterior, existen 2 técnicas fundamentales: la laminoplastia y la laminectomía con fijación posterior (LPF). Todavía hay controversia en cuanto a la técnica en términos de resultados y complicaciones. El objetivo del presente trabajo es analizar desde el punto de vista clínico y radiológico estas 2 técnicas: laminoplastia y LPF.

Se revisó una cohorte histórica de 39 pacientes (12 de LFP y 27 de laminoplastia) incluyendo pacientes operados en un periodo de 10 años en el Hospital Universitario La Paz con un seguimiento de 12 meses tras la cirugía. Se analizaron y compararon los resultados clínicos mediante la escala de Nurick y la escala de la Asociación Japonesa de Ortopedia modificada (mJOA) y los resultados radiológicos mediante el ángulo de Cobb, el eje vertical sagital, la pendiente T1 y la alineación (medida por la pendiente Cobb-T1).

UN TURCO EN EL CARNAVAL DE CÁDIZ

Desde la irrupción de la era endovascular, se aprecia una tendencia global de disminución del número de procedimientos de clipaje y by-pass en todo el mundo (1, 2). Por un lado, hay una mayor proporción de casos de aneurismas gigantes y complejos que no son aptos para la formación (3). Por otro lado, muchos de los neurocirujanos que pertenecen a las nuevas generaciones no han participado ni presenciado un clipaje complejo o un procedimiento de by-pass, aunque estas técnicas puedan ser necesarias en algún momento de su carrera. Además, debido al declive de los procedimientos relacionados con la microcirugía, y en estas duras condiciones, el desarrollo de modelos que imitan los vasos humanos intracraneales (4) se convierte en la mejor manera de estar preparados. El tiempo dedicado a ese tipo de formación podría ser percibido por el alumno como una pérdida de tiempo, teniendo en cuenta la variada gama de técnicas actuales que debe dominar. Teniendo en cuenta esta situación, cabe preguntarse si merece la pena invertir tiempo en la formación sobre procedimientos neurovasculares.

TEASER PROMOCIONAL DE «LA ISLA DE LOS ESCLAVOS

El tratamiento de los adenomas hipofisarios no funcionantes plantea dos cuestiones: cuándo deben ser tratados y qué papel juega cada uno de los tratamientos disponibles. Revisamos la utilidad de los diferentes tratamientos y proponemos un esquema terapéutico basado en la literatura existente. El tratamiento activo de los adenomas hipofisarios debe realizarse cuando producen síntomas, tienen contacto con el tracto óptico o han crecido en las pruebas de imagen. El tratamiento es quirúrgico, utilizando la radioterapia para los casos con remanentes tumorales posquirúrgicos significativos no removibles y para aquellos en los que los estudios histopatológicos muestran características agresivas. El tratamiento médico se reserva para las situaciones en las que se han agotado los tratamientos quirúrgicos y radioterápicos. El tratamiento quirúrgico más aconsejable es el endoscópico, aunque neurocirujanos experimentados consiguen resultados con microcirugía sólo ligeramente inferiores.

Un día de vacaciones en Barra de coyuca Acapulco guerrero.

Temas similares del artículo científico en Medicina clínica , autor del artículo académico – Alfredo Avellaneda Fernández, Alberto Isla Guerrero, Maravillas Izquierdo Martínez, María Eugenia Amado Vázquez, Javier Barrón Fernández, et al.

Alfredo Avellaneda Fernández*1’2, Alberto Isla Guerrero3, Maravillas Izquierdo Martínez4, María Eugenia Amado Vázquez5, Javier Barrón Fernández6, Ester Chesa i Octavio7, Javier De la Cruz Labrado8, Mercedes Escribano Silva5, Marta Fernández de Gamboa Fernández de Araoz9, Rocío García-Ramos10, Miguel García Ribes11, Carmen Gómez12, Joaquín Insausti Valdivia13, Ramón Navarro Valbuena14 y José R Ramón1

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La enfermedad (o malformación) de Chiari es, en general, una condición congénita caracterizada por un defecto anatómico de la base del cráneo, en la que el cerebelo y el tronco cerebral se hernian a través del foramen magnum en el canal espinal cervical. La aparición de los síntomas del síndrome de Chiari suele producirse en la segunda o tercera década (entre los 25 y los 45 años). Los síntomas pueden variar entre períodos de exacerbación y remisión. El diagnóstico de la malformación de Chiari tipo I en pacientes con o sin síntomas se establece con técnicas de neuroimagen. La terapia más eficaz para los pacientes con malformación de Chiari tipo I/siringomielia es la descompresión quirúrgica del foramen magnum, aunque existen terapias no quirúrgicas para aliviar el dolor neurofático: farmacológicas y no farmacológicas. La terapia farmacológica utiliza fármacos que actúan sobre diferentes componentes del dolor. Las terapias no farmacológicas se basan principalmente en la estimulación eléctrica espinal o periférica.

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