Memorial Plaque Unveiled For «Argala» | December 1982
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This article analyses the arguments and beliefs published in a newspaper with links to a terrorist group, in an attempt to legitimize the kidnapping and murder of an innocent victim. Widespread public outcry against this act of brutality led the newspaper to create a version of the facts which attempted to reduce their emotional impact and maintain a positive image of the aggressive group. The methods used included: the attribution of responsibilities to the enemy, depersonalization of the victim, and an asymmetric evaluation of suffering.
Legitimizing beliefs of political violence against the innocent. This article analyzes the arguments and beliefs published by a newspaper linked to a terrorist group, in an attempt to legitimize the kidnapping and murder of an innocent victim. The broad public response to this criminal act forced the newspaper to create a version of events that attempted both to reduce its emotional impact and to maintain the positive image of the aggressor group. The methods resorted to were: the attribution of responsibility to the enemy, the depersonalization of the victim and the asymmetrical valuation of the suffering.
SYND 24 6 77 FUNERAL DEL INDUSTRIAL EJECUTADO
Aquellas últimas horas de Miguel Ángel Blanco aún dolían. Como si el dolor se hubiera almacenado para siempre en alguna parte de la memoria. No importa que hayan pasado 25 años. El olvido nunca llega cuando es difícil olvidar, cuando no se quiere olvidar. Aunque duela ese ayer que siempre será hoy. Por lo que significó, por lo que se aprendió, por lo que debería significar: libertad y paz. Palabras necesarias en tiempos tan convulsos, en estos tiempos que vivimos de desasosiego e incertidumbre, donde los extremos y los populismos agitan las aguas para que la suciedad se levante, para que la confusión se extienda como una plaga, para que el entendimiento se pierda en una noche oscura, para que los fantasmas del pasado reaparezcan con su odio y su venganza. No todo vale, NO, con mayúsculas, pero algunos políticos han desaprendido la lección. ¿Quieres? Pues dámela.
El secuestro y asesinato a sangre fría del joven político del PP, tras dos interminables días de agonía, unió el asco y la rabia con el hartazgo. Ya era hora de vivir en un país en el que no hubiera que enterrar a más inocentes, en el que la gente no tuviera que mirar los bajos de su coche, en el que a los niños no hubiera que decirles que su padre había volado por los aires o que le habían disparado a bocajarro. El terrorismo no era sólo un problema del País Vasco, era un problema de todos. Habían ido demasiado lejos y España se pintó las manos de blanco y se plantó.
Casa clásica
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Miguel Ángel Blanco Garrido (13 de mayo de 1968 – 13 de julio de 1997) fue un político español que fue concejal en Ermua en el País Vasco por el Partido Popular (PP). Fue secuestrado y posteriormente asesinado por el grupo separatista ETA.
Miguel Ángel Blanco nació el 13 de mayo de 1968 en Ermua (Vizcaya) en el seno de una familia humilde. Tenía una hermana, María del Mar. Su padre, Miguel Blanco, era obrero de la construcción y su madre, Consuelo Garrido, era ama de casa. Eran emigrantes gallegos procedentes de Xunqueira de Espadanedo (Ourense, Galicia). Consuelo murió el 1 de abril de 2020 a causa de un coronavirus,[1] tres semanas después de la muerte de su marido[2].
Se afilió a las juventudes del PP, Nuevas Generaciones, en 1995 y, por ser un partido relativamente pequeño en la zona donde los partidos nacionales compiten con el PNV, fue el tercer candidato a las elecciones municipales de ese año; llegó a ser concejal de la ciudad.
Mentiras geniales
Unos 40 diputados participaron en el acto de conmemoración en el hemiciclo, aunque el único dirigente parlamentario presente fue el jefe de grupo de CSQP, Lluís Rabell. De hecho, ni siquiera participó el jefe del partido que había hecho la petición, Xavier García Albiol, aunque sí estuvieron la portavoz del gobierno catalán, Neus Munté, el vicepresidente Oriol Junqueras, el consejero de Interior Jordi Jané, así como la consejera de Agricultura y Pesca, Meritxell Serret.
Tras el minuto de silencio, el portavoz del partido Cs, Carlos Carrizosa, dijo: «Espero que España no tenga que volver a pasar por momentos como el de la barbarie terrorista y la opresión de personas que utilizan la violencia y el asesinato para imponer sus ideales».
El grupo separatista ETA secuestró a Blanco el 10 de julio de 1997, amenazando con asesinarle si el Gobierno español no iniciaba el traslado de todos los presos de ETA al País Vasco en 48 horas. A pesar de las protestas de cientos de miles de personas en toda España, unos 50 minutos después del plazo Blanco recibió un disparo en la cabeza, su cuerpo fue abandonado y posteriormente murió en el hospital.
