Constitucionalista portugues

Estilo de vida portugués

Revolución Liberal de 1820Parte de las revoluciones de 1820Las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación Portuguesa que aprobaron la primera Constitución portuguesaFecha24 de agosto de 1820LugarPortugalParticipantesSociedad portuguesaResultado

Tras la derrota de las fuerzas francesas en 1814, Portugal vivió un prolongado periodo de agitación política, en el que muchos buscaban un mayor autogobierno para el pueblo portugués. Esta agitación acabó con la larga estancia del Rey en Brasil, cuando los revolucionarios exigieron su regreso a Portugal[1].

Aunque los portugueses habían participado en la derrota de los franceses, el país se encontró prácticamente como una colonia de Brasil o un protectorado británico. Los oficiales del ejército portugués estaban resentidos por el control británico de las fuerzas armadas portuguesas. Además, el Decreto de Apertura de Puertos a las Naciones Amigas de 1808 [pt], que prácticamente ponía fin al llamado «pacto colonial» (Ver, Mercantilismo), y los Tratados de 1810 [pt], que garantizaban un estatus favorable a los productos británicos que entraban en Portugal, diezmaron el comercio de ciudades como Oporto y Lisboa y desencadenaron una profunda crisis económica que afectó a su burguesía[2] La ciudad de Oporto, con una burguesía fuerte y dinámica y de tradición liberal, fue el lugar donde se inició la Revolución Liberal.

Guerra civil portuguesa de 1974

Revolución Liberal de 1820Parte de las revoluciones de 1820Las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación Portuguesa que aprobaron la primera Constitución portuguesaFecha24 de agosto de 1820LugarPortugalParticipantesSociedad portuguesaResultado

Tras la derrota de las fuerzas francesas en 1814, Portugal vivió un prolongado periodo de agitación política, en el que muchos buscaban un mayor autogobierno para el pueblo portugués. Esta agitación acabó con la larga estancia del Rey en Brasil, cuando los revolucionarios exigieron su regreso a Portugal[1].

Aunque los portugueses habían participado en la derrota de los franceses, el país se encontró prácticamente como una colonia de Brasil o un protectorado británico. Los oficiales del ejército portugués estaban resentidos por el control británico de las fuerzas armadas portuguesas. Además, el Decreto de Apertura de Puertos a las Naciones Amigas de 1808 [pt], que prácticamente ponía fin al llamado «pacto colonial» (Ver, Mercantilismo), y los Tratados de 1810 [pt], que garantizaban un estatus favorable a los productos británicos que entraban en Portugal, diezmaron el comercio de ciudades como Oporto y Lisboa y desencadenaron una profunda crisis económica que afectó a su burguesía[2] La ciudad de Oporto, con una burguesía fuerte y dinámica y de tradición liberal, fue el lugar donde se inició la Revolución Liberal.

Portugal guerra civil 1970

En este trabajo se comprueba hasta qué punto los jueces constitucionales de tipo kelseniano son independientes de los partidos políticos mediante el estudio del Tribunal Constitucional portugués. Los resultados arrojan tres conclusiones principales. En primer lugar, los jueces constitucionales de Portugal son bastante sensibles a sus afiliaciones políticas y a la presencia de su partido político en el gobierno a la hora de votar. En segundo lugar, la presión de grupo es muy relevante. En tercer lugar, la reforma de 1997 que se promulgó para aumentar la independencia judicial no ha tenido un efecto sólido y estadísticamente significativo.

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Portugal 1968

A causa de esa chispa, nuestra vida se ha encerrado y confinado -palabras que han pasado a formar parte de nuestro día a día, ocupando el lugar de «estar juntos», «invitar», «socializar», «abrazar»- al estrecho espacio que está delimitado más por nuestra desconfianza, nuestros miedos y el molesto cuadradito de la pantalla del Zoom, que por las paredes de nuestra casa. Enseñamos y aprendemos a distancia; celebramos los cumpleaños a distancia; participamos en ceremonias religiosas a distancia. La cercanía se ha convertido en un riesgo que no queremos correr. De ser un amigo potencial, el otro ha pasado a ser una amenaza; una burbuja se ha convertido en un espacio imaginario en el que buscamos digerir nuestro descontento y resistir -a menudo desesperadamente- nuestra sensación de aislamiento.

Este dramático cambio en nuestra forma de vida ha repercutido inevitablemente en la actividad del Tribunal Constitucional, que se ha visto obligado a modificar radicalmente su forma de trabajo, discutiendo y aprobando decisiones por Internet y adoptando nuevas formas de firmar sus sentencias. Todo ello ha supuesto una auténtica carrera contrarreloj, modificando espacios y adquiriendo, instalando y probando equipos. Algunos departamentos del Tribunal de Justicia han tenido que reducir drásticamente sus contactos presenciales con el público, en particular la biblioteca, donde tanto los que se han acostumbrado a consultar bibliografías y leer sobre la justicia constitucional, como los estudiantes que han querido conocer mejor el Tribunal, han sido siempre acogidos con hospitalidad, eficacia y buena voluntad. Al dificultarse o incluso imposibilitarse los desplazamientos, las relaciones con otras jurisdicciones constitucionales también se han visto muy afectadas.

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