Parálisis del recto medial
Un paciente de 48 años de edad con un traumatismo periorbitario contundente se presentó con estrabismo vertical y diplopía secundarios a una avulsión del músculo recto inferior. Tras una evaluación oftalmológica y por TC, el tratamiento quirúrgico precoz con restauración anatómica condujo a la mejora de los déficits de motilidad con resolución de la diplopía.
Las lesiones orbitarias son hallazgos frecuentes después de un traumatismo periocular contundente, causando diplopía, avulsión muscular y/o incarceración, parálisis y adherencias cicatriciales. En los casos de diplopía vertical, la rotura del músculo recto inferior (RI) secundaria a un traumatismo es una causa infrecuente, aunque posible, de un déficit de infraducción persistente(11 Yip CC, Jain A, McCann JD, Demer JL. Transección del músculo recto inferior: una causa de diplopía tras un traumatismo orbitario no penetrante. Graefes Arch Clin Exp Ophthalmol. 2006;244(12):1698-700.,22 Tomasetti P, Metzler P, Jacobsen C. Isolated inferior rectus muscle rupture after blunt orbital trauma. J Surg Case Rep. 2013;2013(9). pii: rjt076. doi: 10.1093/jscr/rjt076.https://doi.org/10.1093/jscr/rjt076..
Atrapamiento del músculo recto inferior
La rotura traumática de un músculo extraocular, en ausencia de lesiones significativas en el globo y los anexos, es infrecuente. Presentamos el caso de un paciente con una rotura aislada del músculo recto medio tras un traumatismo ocular y describimos la técnica de reparación del músculo roto mediante la sutura del segmento distal al manguito de Tenon del segmento proximal. Esto se combinó con la inyección postoperatoria de toxina botulínica en el músculo recto lateral ipsilateral. Se consiguió una buena alineación de la posición primaria 7 meses después de la cirugía. El paciente recuperó un campo horizontal útil de visión única binocular de 27 grados.
Daños en el músculo recto inferior
La pared abdominal como fuente de dolor ha recibido poca atención, y sólo se han publicado unas pocas revisiones sobre el tema en la última década.1,2 Sin embargo, los médicos que consideran el dolor de la pared abdominal en sus pacientes suelen encontrarlo. De hecho, pasar por alto la pared abdominal como fuente de dolor puede dar lugar a una evaluación prolongada, costosa, frustrante y peligrosa.
En los pacientes con dolor abdominal agudo o crónico, una serie de hallazgos clínicos apuntan a una enfermedad dentro del abdomen (Tabla 1). Cuando estos hallazgos están ausentes, debe considerarse la pared abdominal como fuente de dolor.
En el dolor abdominal crónico, la pared abdominal suele estar implicada en los hallazgos de la anamnesis y la exploración física. Esto es especialmente cierto si el dolor no es progresivo y si no hay evidencia de enfermedad visceral.
Algunas características pueden apuntar a un origen del dolor en la pared abdominal (Tabla 2). A diferencia del dolor que se origina en el tubo digestivo, el dolor de la pared abdominal no mejora ni empeora con la comida y no se altera con las deposiciones. Además, el dolor de la pared abdominal suele ser crónico, persistente y no progresivo. En la figura 1.2 se ofrece un algoritmo para el diagnóstico y el tratamiento del dolor de la pared abdominal.
El daño al músculo recto medial probablemente afectaría
Katyanne Dantas Godeiro.Información adicionalEste trabajo debe atribuirse a la Universidad de Mogi das Cruzes.Derechos y permisosImpresiones y permisosAcerca de este artículoCite este artículoGodeiro, K.D., Pinto, A.G.T., Souza Filho, J.P. et al. Desgarro traumático del músculo recto inferior tratado con transposición oblicua anterior inferior.
Int Ophthalmol 26, 185-189 (2005). https://doi.org/10.1007/s10792-007-9035-zDownload citationShare this articleAnyone you share the following link with will be able to read this content:Get shareable linkSorry, a shareable link is not currently available for this article.Copy to clipboard