Temblores benzodiacepinas
El propranolol y la primidona (Mysoline) son las terapias más utilizadas para el temblor esencial, pero estos agentes son ineficaces para hasta la mitad de los pacientes. En 2005, la Academia Americana de Neurología (AAN) publicó recomendaciones para el uso de otras terapias para el temblor esencial. Aunque no se han publicado nuevos datos sobre muchos de los fármacos incluidos en la directriz de 2005, ahora se dispone de resultados de estudios sobre el topiramato (Topamax), la olanzapina (Zyprexa), el levetiracetam (Keppra), la pregabalina (Lyrica), la zonisamida (Zonegran) y la clozapina (Clozaril). Basándose en estos resultados, la AAN ha cambiado algunas de sus recomendaciones para estos agentes (Tabla 1).
Varios estudios nuevos han abordado la eficacia del topiramato en el tratamiento del temblor esencial. Los resultados de estos estudios confirmaron los de los estudios anteriores, que mostraron que el topiramato es un tratamiento eficaz. Por lo tanto, no se modificó la recomendación de 2005 de considerar el topiramato para los pacientes con temblor esencial.
Manejo del temblor esencial
Objetivos: Estudiar los mecanismos de acción de la primidona y el propranolol en el TE con el uso de la EMT. Los investigadores creen que el estudio de los mecanismos de acción de los medicamentos que han demostrado reducir el TE puede mejorar la comprensión de la fisiopatología del TE. Dado que se cree que el cerebelo está implicado en la fisiopatología de la TE, se utilizará el paradigma EBCC para evaluar la disfunción cerebelosa en pacientes con TE y para mostrar si la disfunción cerebelosa influye en la eficacia del propranolol y la primidona.
Pacientes y criterios de inclusión/exclusión: Se reclutarán 50 pacientes de la consulta externa de trastornos extrapiramidales. Sólo se incluirán pacientes con el diagnóstico de TE realizado según la más reciente declaración de consenso sobre la clasificación de los temblores y sólo se incluirán pacientes que vayan a ser iniciados con propranolol o primidona. Se utilizarán criterios de exclusión para la EMT. Se excluirán del estudio los pacientes con antecedentes de convulsiones o enfermedades mentales, los pacientes con marcapasos cardíaco, material metálico en la cabeza (excepto material dental en la boca) o con bombas de medicación y las mujeres embarazadas.
Gabapentina temblor esencial
La primidona, de 50 a 1.000 mg/día, redujo la amplitud del temblor esencial tanto en pacientes no tratados como en los tratados con propranolol. Las dosis bajas fueron tan eficaces como las altas. La primidona disminuyó el temblor más que el propranolol. No hubo correlación entre la respuesta terapéutica y los niveles séricos. Las reacciones agudas a la dosis inicial y los efectos secundarios de las dosis más altas causaron intolerancia al fármaco. Una dosis oral única (250 mg) disminuyó el temblor en un 60% entre 1 y 7 horas después de la ingestión, con niveles estables de primidona en suero pero sin niveles detectables de fenobarbital. El control del temblor se perdió cuando se sustituyó la primidona por fenobarbital. La primidona es un agente eficaz para el tratamiento del temblor esencial.
Cómo curé mi temblor esencial de forma natural
En septiembre de 2011, los materiales para este artículo se reunieron durante una búsqueda bibliográfica en PubMed utilizando los siguientes términos: TE, clínica, ensayo clínico, tratamiento, medicamentos, terapéutica. Se recuperaron los artículos relevantes publicados antes de septiembre de 2011 y sólo se seleccionaron los artículos en inglés para su posterior revisión. Sobre la base de esta revisión, el autor identificó varios temas que han recibido escasa o ninguna discusión en la literatura publicada sobre la terapéutica de la ET.
Tal vez el más pertinente para la TE sea el de los SCA, por las razones señaladas anteriormente. El tratamiento sintomático de los SCAs es también muy limitado. La característica más prominente, la ataxia, es muy difícil de manejar; no hay tratamientos claramente efectivos disponibles, y no hay medicamentos aprobados por la FDA para este síntoma (Fogel y Perlman, 2006). Es en este contexto más amplio donde hay que conceptualizar el tratamiento del TE y la difícil tarea de desarrollar opciones farmacoterapéuticas eficaces.
Las actualizaciones clínicas sobre el temblor suelen dividir los tratamientos en medicamentos de primera línea frente a los de segunda línea, siendo los primeros los que tienen una eficacia más demostrable (Tabla 1; Zesiewicz et al., 2005; Benito-León y Louis, 2007; Lyons y Pahwa, 2008b). Las largas listas de medicamentos de segunda línea proporcionan un catálogo de fármacos que se han probado y que han fracasado o sólo han tenido un éxito parcial (Zesiewicz et al., 2005; Benito-Leon y Louis, 2007; Lyons y Pahwa, 2008b). Se señala brevemente una mezcla de posibles mecanismos de acción para algunos de los medicamentos enumerados y para otros, ninguno. Lo que falta, sin embargo, es una discusión amplia y unificadora del probable mecanismo de acción de estos medicamentos.