Tensión ocular alta tratamiento

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El glaucoma se trata reduciendo la presión del ojo (presión intraocular). Dependiendo de su situación, sus opciones pueden incluir gotas para los ojos, medicamentos orales, tratamiento con láser, cirugía o una combinación de cualquiera de ellos.

ColirioEl tratamiento del glaucoma suele comenzar con un colirio recetado. Éstos pueden ayudar a reducir la presión ocular mejorando el drenaje del líquido del ojo o disminuyendo la cantidad de líquido que éste produce. Dependiendo de lo baja que deba ser la presión ocular, puede ser necesario recetar más de uno de los colirios que se indican a continuación.

Dado que parte del medicamento en forma de gotas para los ojos se absorbe en el torrente sanguíneo, puede experimentar algunos efectos secundarios no relacionados con los ojos. Para minimizar esta absorción, cierre los ojos durante uno o dos minutos después de ponerse las gotas. También puede presionar ligeramente en la esquina de los ojos cerca de la nariz para cerrar el conducto lagrimal durante uno o dos minutos. Limpie las gotas no utilizadas del párpado.

Medicamentos oralesSi las gotas para los ojos por sí solas no reducen la presión ocular al nivel deseado, su médico puede recetarle también un medicamento oral, normalmente un inhibidor de la anhidrasa carbónica. Los posibles efectos secundarios son la micción frecuente, el hormigueo en los dedos de las manos y los pies, la depresión, el malestar estomacal y los cálculos renales.

Presión intraocular

Cuando la gente oye la palabra «glaucoma», muchos relacionan esta enfermedad ocular con presiones oculares elevadas (también conocidas como presión intraocular o PIO). Sin embargo, la relación entre el glaucoma y la presión ocular es complicada y ha cambiado con el tiempo.

Históricamente, el glaucoma se identificaba como una enfermedad en la que el ojo estaba firme o duro debido a una presión ocular elevada. Sin embargo, los médicos fueron comprendiendo que el glaucoma puede producirse incluso cuando la presión ocular es normal, lo que a veces dificulta su diagnóstico. Hoy en día, la presión ocular se considera un importante factor de riesgo de glaucoma, pero no se incluye en la definición de esta enfermedad ocular. El control de la presión ocular también desempeña un papel importante en el tratamiento del glaucoma. Reducir la presión ocular es el único tratamiento que tenemos actualmente, ya sea mediante medicamentos, láser o cirugía.

En primer lugar, sabemos que, estadísticamente hablando, tener presiones oculares superiores a 21 mmHg (milímetros de mercurio) no es muy común en una población generalmente sana. También sabemos que la presión ocular tiende a aumentar a medida que envejecemos, ya que el sistema de drenaje no funciona tan bien.

El diagnóstico y el tratamiento del glaucoma

La diferencia fundamental entre estos dos conceptos es que en el caso del glaucoma ya existe un daño en el nervio óptico y en el caso de la hipertensión el nervio óptico no tiene por qué estar dañado.

El glaucoma es una patología neurodegenerativa, caracterizada por la pérdida progresiva de las fibras del nervio óptico, que queda dañado como consecuencia. La hipertensión ocular es el principal factor de riesgo a la hora de desarrollar un glaucoma, aunque también existen otros factores de riesgo muy importantes, como la edad o los antecedentes familiares positivos.

El glaucoma provoca una pérdida progresiva del campo visual (visión periférica) que, posteriormente, acaba afectando a la visión central en sus fases más avanzadas. Uno de los principales riesgos del glaucoma es que es una enfermedad asintomática, indolora e irreversible. Es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo.

Existen diferentes métodos para tratar el glaucoma mediante el control de la presión intraocular. El diagnóstico y el tratamiento precoz son fundamentales para poder tratar adecuadamente esta enfermedad, ya que el daño al nervio óptico no puede revertirse.

Glaucoma de tensión normal

ESCUELA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DE WASHINGTON/El aspecto cambiante del nervio óptico en la parte posterior del ojo muestra un aumento del riesgo de glaucoma, ya que una cabeza del nervio óptico sana (foto superior) comienza a mostrar signos de daño (inferior).

Los investigadores del Estudio sobre el Tratamiento de la Hipertensión Ocular (OHTS), dirigidos por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, informan en la revista Archives of Ophthalmology de que la mayoría de los pacientes con presión ocular elevada pero sin daños por glaucoma pueden ser controlados cuidadosamente en lugar de administrarles gotas para los ojos.

Los investigadores afirman que muchos de los pacientes con mayor riesgo de desarrollar glaucoma, como los que presentan una presión elevada junto con otros síntomas -como córneas delgadas o una relación copa/disco grande (una medida de la parte del nervio óptico visible dentro del ojo)- deberían ser tratados con gotas para reducir la presión, pero los que no presentan los síntomas adicionales probablemente no necesiten la terapia.

«Está claro que las personas con presión ocular elevada y alto riesgo de desarrollar glaucoma se benefician de un tratamiento médico temprano», afirma el Dr. Michael A. Kass, investigador principal del estudio OHTS. «Pero hemos aprendido que no todas las personas con presión alta tienen un alto riesgo».

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